La Muertorola

Aquiles Nazoa(Cortesía de Krístel Guirado)

Dicen que en Los Teques
estrenado ha sido
de carros mortuorios
un nuevo servicio,
que está dando el palo
como aquí decimos.
Pues para deleite
de grandes y chicos,
con unas carrozas
que por el camino
cuando al muerto lo llevan
van tocando discos.

Asistir a entierros
es siempre un fastidio,
y si es en Los Teques
ya es casi un martirio:
con aquellas calles
que son unos riscos
donde las bajadas
parecen abismos
y en las que subiendo
se cansa hasta el chivo,
nunca en los entierros
falta algún cretino
que pida que sea
llevado el occiso
“por dos o tres cuadras”
en hombros de amigos.

Y entonces, señores,
comienza el suplicio:
– ¡los carros vacíos! –
y atrás los zoquetes
haciendo alpinismo,
pujando si suben,
si bajan, lo mismo:
los buenos del grupo
llevando al occiso,
y el resto a los lados
cargando barbisios!

Y es lo peor del caso
que a medio camino,
cuando al fin resuelven
usar los vehículos,
los que cogen carro
son siempre los vivos
y en tierra se quedan
como veinticinco
esperando el clásico
“¡Pero vente, chico!”…

Por eso en Los Teques
– ¡un pueblo tan pío! –
al mejor entierro
no van más de cinco,
y eso si se trata
de un difunto rico;
que si el muerto es pobre
con viuda y con hijos,
¡lo que es a ese entierro
no va sino él mismo!

Pues bien: estudiados
todos los motivos
de la resistencia
de los mirandinos
a asistir a entierros
y a cargar occisos,
una funeraria
de mucho prestigio
resolvió curarles
el paterrolismo
e inventó el sistema
de entierro con discos.

¡Entierros sonoros!
¡Muerto con sonido!
¿Quién no va a un entierro
con ese atractivo?
¿Ni quién va a cansarse
llevando un occiso
a paso de “subi”,
o a paso de Billo,
o si es “Micaela”
quien abre el camino?

Así sí ha quedado
resuelto el conflicto;
el todo es que el muerto
tenga buenos discos.
Pues teniendo un mambo
como el mambo Cinco
o un porro tan bueno
como “El Huerfanito”,                                                                                                                                 ¿Quién no va a un entierro
por pegarle a un ritmo?

 


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